Holanda es el primer país del mundo en no tener perros abandonados en la calle. El país tenía la mayor tasa de animales abandonados. Se empezaron a poblar masivamente las calles hasta niveles preocupantes y el Gobierno holandés tomó la decisión de poner orden ante tal situación. Asumió los costos de las castraciones y organizó campañas para esterilizar a las mascotas de forma gratuita.
También creó una de las leyes más duras de toda Europa ya que las multas por maltrato y abandono pueden superar los 16.000 euros e incluso pueden acabar en una pena de cárcel de 3 años.